miércoles, 20 de abril de 2011

el pendiente de Shakespeare












Antes de que le cayera del cielo, en 1893, una plétora de dinero,
Richard Plantagenet Temple Nugent Brydges Chandos Grenville,
segundo duque de Buckingham y Chandos, vivía libre de
mayores sobresaltos.

Había tenido un hijo bastardo en Italia, intervenido ocasionalmente
en el Parlamento en contra de la revocación de las
Leyes de Granos y demostrado un visionario interés en la lampistería
(equipando su casa de Stowe, en Buckinghamshire, con
nueve de los primeros inodoros de cisterna de Inglaterra); por
lo demás, sólo se había distinguido por sus gloriosas perspectivas
y sus numerosos nombres. Sin embargo, tras heredar sus
títulos y una de las mayores fortunas inglesas, dejó atónitos a
sus socios y, sin duda, también a sí mismo con su talento para
perder hasta el último penique de esa herencia en escasos nueve
años de sonadas y calamitosas inversiones.

En el verano de 1848, arruinado y humillado, Richard dejó
Stowe y todo cuanto contenía en manos de sus acreedores y se
marchó a Francia. La subasta posterior fue uno de los acontecimientos
sociales de la época. Era tal la riqueza que encerraba
Stowe que un equipo entero de peritos de la firma londinense
Christie and Mason tardó cuarenta días en completar el inventario.
Entre los objetos menos destacados había un oscuro retrato
ovalado de 55 × 45 cm que el conde de Ellesmere había adquirido
por 355 guineas y que desde entonces se conoce como el
etrato Chandos.

El cuadro estaba muy retocado y la pátina del
tiempo lo había ennegrecido tanto que se perdían (y aún se
pierden) muchos detalles. En él se ve a un hombre de unos cuarenta
años con la barba recortada y cierto atractivo a pesar de
su calvicie incipiente. Lleva un pendiente de oro en la oreja izquierda.
Su expresión es confiada, de una serena desfachatez.
No es exactamente el tipo de individuo a quien uno le confiaría
la mujer o una hija en edad de merecer.
Si bien nada se sabe acerca del origen del cuadro ni de cuál
fue su suerte antes de 1747, cuando se incorporó al patrimonio
de la familia Chandos, durante mucho tiempo pasó por ser un
retrato de William Shakespeare. No hay duda de que se parece
mucho a Shakespeare... aunque no podría ser de otro modo,
puesto que se trata de una de las tres imágenes de Shakespeare
en las que se basa toda la imaginería posterior.
En 1856, poco antes de morir, lord Ellesmere donó la pintura
a la nueva National Portrait Gallery de Londres en calidad
de obra fundacional. Ser la primera adquisición de la galería le
ha proporcionado un cierto prestigio sentimental pero no la libró
de las sospechas, casi inmediatas, sobre su autenticidad.

Los más reticentes de la época alegaban que el retratado tenía
la tez demasiado oscura y un aspecto demasiado extranjero
—demasiado judío o italiano— como para ser un poeta inglés,
y no digamos ya uno de ese calibre. A algunos, para citar al ya
fallecido Samuel Schoenbaum, les inquietaba el aire «libertino
» y los labios «lúbricos» del personaje (hubo hasta quien
sugirió, quizás un tanto ingenuamente, que el dramaturgo había
posado caracterizado de uno de sus personajes; de Shylock,
por ejemplo).

—Bueno, la pintura corresponde al período correcto, de eso
al menos podemos dar fe —segun la doctora Tanya Cooper,
curadora de la sección de retratos del siglo xvi de la galería, el
día en que me propuse averiguar cuánto podía saberse y con
qué grado de certeza acerca de la figura más venerada de la len-
gua inglesa—. El cuello es de los que se usaban entre 1590 y
1610, que es cuando Shakespeare gozó de mayor popularidad
y por consiguiente bien pudo posar para un retrato. También
podemos decir que se trata de un sujeto algo bohemio, lo cual
es perfectamente acorde con su dedicación al teatro, y que su
situación es desahogada, tal como debió de ser la de Shakespeare
durante aquellos años.

El pendiente es un signo de su bohemia.
Un hombre con pendiente significaba lo mismo entonces que
ahora, es decir, que su portador era una persona más atenta a
la moda que el común de los mortales. Tanto Drake como Raleigh
fueron retratados llevando pendientes. Era un modo de
anunciar su talante aventurero. Era habitual que, si el hombre
podía permitírselo, usase bastantes joyas, casi siempre bordadas
a la ropa. Así que nuestro sujeto es, o bien discreto, o bien
no enormemente rico.

Hace falta mucho tinte para lograr un negro perfecto. Resultaba
mucho más barato confeccionar ropa de color crudo,
beis o cualquier otro tono claro. De modo que en el siglo xvi la
ropa negra era casi siempre un signo de distinción.

El artista sabía imprimar un lienzo, lo cual
implica cierto oficio; sin embargo, el resultado es bastante corriente
y tiene problemas de luminosidad. Ahora bien, si el retratado
fuera Shakespeare, se trataría del único retrato conocido
que se hizo en vida, es decir, que es así como era... suponiendo
que fuera William Shakespeare.
¿Y qué probabilidades hay de que lo sea?

Si el retrato Chandos no fuera genuino, aún nos quedarían
otras dos imágenes en las que basarnos para dilucidar qué aspecto
tenía William Shakespeare. La primera de ellas es el grabado
en plancha de cobre o calcografía que hacía las veces de
frontispicio en la edición de 1623 de las obras de Shakespeare,
el famoso Primer Folio.
El grabado Droeshout (que debe su nombre a su autor, Martin
Droeshout) es una obra de arte de una notable —e incluso
magnífica— mediocridad. Casi todo en él es un error. Un ojo es
más grande que el otro. La boca aparece extrañamente desplazada.
El cabello se ve más largo a un lado de la cabeza que al
otro y la propia cabeza, desproporcionada con respecto al cuerpo,
parece flotar sobre los hombros como un globo. Y lo que es
peor, el sujeto se muestra inseguro, culposo, casi con miedo;
nada que ver con la figura galante y confiada que nos habla
desde las obras.

De Droeshout (o Drossaert, o Drussoit, como también se le
conocía) se suele decir que pertenecía a una familia de artistas
flamencos, si bien es cierto que los Droeshouts llevaban ya sesenta
años y tres generaciones en Inglaterra cuando Martin nació.
Peter W. M. Blayney, la máxima autoridad en lo relativo al
Primer Folio, ha señalado que Droeshout, quien rondaría los
veinte años y no contaba con una gran experiencia cuando realizó
el grabado, pudo haberse hecho con el encargo por poseer
no tanto un gran talento como los materiales adecuados para
llevarlo a cabo: una prensa giratoria para hacer calcografías.
En 1620 no abundaban los artistas con tales utensilios.

A pesar de sus múltiples flaquezas, el grabado se acompañaba
de un comentario de Ben Jonson, que en su homenaje a
Shakespeare en el Primer Folio dice de él:
De haber plasmado su talento
tan bien en bronce como el gesto,
sería esta efigie más enorme
de cuanto se hubo escrito en bronce.
Se ha conjeturado, no del todo gratuitamente, que Jonson pudo
no haber visto el grabado de Droeshout antes de esbozar sus
generosos versos. Lo que es indudable es que Droeshout no
contó con un modelo vivo, pues Shakespeare llevaba muerto
siete años cuando se publicó el Primer Folio.

Lo cual nos deja con una última imagen fiable: la estatua
pintada y de tamaño natural que ocupa el centro del monumento
mural a Shakespeare en la iglesia de la Santísima Trinidad de
Stratford-upon-Avon, donde está enterrado. Tal como el Droeshout,
tampoco esta obra posee un gran valor artístico, aunque
cuenta con el mérito de haber sido visitada y probablemente
aprobada por gente que conocía a Shakespeare en persona. Su
autor fue un cantero llamado Gheerart Janssen, y la instalaron
en el coro hacia 1623, el mismo año en que Droeshout hizo su
grabado. Janssen vivía y trabajaba cerca del Globe, en el
Southwark londinense, y es bastante probable que hubiera visto
a Shakespeare más de una vez, aunque uno desearía que no
fuera así, puesto que el Shakespeare que retrata Janssen es un
individuo de rostro rechoncho y pagado de sí mismo, con (como
dijera Mark Twain con acerado ingenio) la «profundísima, sutilísima
expresividad de una vejiga».

En cualquier caso, no podemos saber cómo era exactamente
la efigie porque en 1749 un alma anónima pero cargada de
buenas intenciones «remozó» la pintura que la cubría. Veinticuatro
años más tarde, el erudito shakesperiano Edmond Malone
visitó la iglesia y, horrorizado al ver que alguien había
pintado el busto, ordenó a los capellanes que lo blanquearan,
devolviéndolo a su supuesto, y erróneo, estado original. Cuando,
años después, volvieron a pintarlo, ya nadie sabía qué colores
emplear. El asunto no es trivial porque gran parte del detalle
de la efigie no estaba esculpido sino pintado, de modo que el
color le proporcionaba mayor definición. Blanqueada, debió de
parecerse a uno de aquellos maniquíes sin apenas rasgos que
solía haber en el escaparate de las sombrererías.
Todo ello nos pone en la curiosa situación de contar con tres
posibles imágenes de William Shakespeare en las cuales se inspiran
todas las demás. Dos de ellas de escasa calidad y llevadas
a cabo años después de su muerte y una tercera algo más meritoria
en cuanto a factura pero nada clara en lo que respecta a la
identidad de retratado. Se da, por tanto, la paradoja de que todos
reconocemos de inmediato cualquier imagen de Shakespeare
sin que sepamos, a ciencia cierta, cómo era. Y algo similar
ocurre con casi todos los aspectos de su vida y milagros: de nadie
se sabe tanto y tan poco a la vez.
Hace ya más de dos siglos, e imbuido de una sensación que se
repetiría a menudo desde entonces, el historiador George Steevens
observó que todo cuanto sabemos de William Shakespeare
se reduce a un exiguo puñado de datos: nació en Stratfordupon-
Avon, tuvo una familia allí, viajó a Londres, se convirtió
en actor y autor, regresó a Stratford, hizo un testamento y murió.
Una aseveración no del todo cierta entonces, y menos aún
ahora, que sin embargo no dista mucho de la verdad.
Tras cuatrocientos años de intensa cacería, los investigadores
han ido encontrando un centenar de documentos relacionados
con William Shakespeare y su familia más cercana. Actas
baptismales, escrituras de propiedad, certificados de impuestos,
compromisos conyugales, avisos de embargo, registros legales
(numerosos registros legales: en aquel entonces adoraban
los litigios), etc. Una cifra nada desdeñable, aunque a las escrituras,
los certificados y demás papeleo les falta vitalidad. Nos
proporcionan información cumplida sobre los aspectos más
formales de la vida de una persona pero apenas nos dicen algo
de sus emociones.

En consecuencia, de lo mucho que desconocemos acerca de
William Shakespeare, una gran parte es información esencial.
No sabemos, por ejemplo, cuántas obras teatrales escribió
exactamente ni en qué orden lo hizo. Podemos deducir cuáles
eran algunas de sus lecturas pero no sabemos de dónde sacaba
los libros ni qué hacía con ellos una vez leídos.
A pesar de que dejó casi un millón de palabras de texto, sólo
se conservan catorce de ellas de su puño y letra: seis firmas con
su nombre completo y las palabras «por mí» rubricadas en su
testamento; ni una sola nota, carta o página de manuscrito (algunos
estudiosos afirman que una parte de la obra Sir Thomas
More, que nunca llegó a ponerse en escena, fue manuscrita por
Shakespeare, pero no hay certeza fehaciente de que así sea).
Tampoco contamos con escrito alguno que lo describa estando
él en vida. El primer retrato verbal de Shakespeare —«era un
hombre apuesto y de buena constitución; agradable como compañía
y de un ágil ingenio dispuesto y cordial»— fue escrito
sesenta y cuatro años después de su muerte por John Aubrey,
que nació cuando el dramaturgo llevaba muerto diez años.
Si bien Shakespeare habría sido un sujeto de lo más afable,
el primer registro escrito referido a él es una crítica a su carácter
por parte de un colega. Muchos de sus biógrafos consideran
que desdeñó a su mujer (a quien le dejó en herencia, como es
sabido, su segunda mejor cama tras, según parece, pensárselo
dos veces) y sin embargo no hay nadie que haya escrito de un
modo tan elevado, apasionado y deslumbrante acerca del amor
y la compenetración entre dos almas gemelas.

No sabemos con certeza cuál es la grafía correcta de su apellido.
Como si en ningún caso se tratase de él, de las seis firmas
que dejó y se conservan no hay dos que coincidan (y así tenemos
«Will Shaksp», «William Shakespe», «Wm Shakspe»,
«William Shakspere», «Willm Shakspere» y «William Shakspeare
»; resulta curioso que no haya utilizado la única forma
con la que su nombre ha pasado a la historia). Tampoco podemos
aventurar cómo lo pronunciaba él mismo. Helge Kökeritz,
autora del esencial Shakespeare’s Pronounciation, sugirió que
tal vez Shakespeare lo pronunciaba con una a corta, como en la
palabra inglesa shack. Quizá se decía de una manera en Stratford
y de otra en Londres, o la pronunciación del propio
Shakespeare variaba tanto como su ortografía.
No sabemos si se marchó de Inglaterra en alguna ocasión.
No sabemos a quiénes frecuentaba ni cómo se divertía. Su
sexualidad es un misterio inescrutable. Hay sólo un puñado de
días de los que se sabe con absoluta certeza dónde estaba. No
hay nada que certifique su paradero durante los ocho años críticos
de su vida en los que dejó a su mujer y a sus tres hijos
pequeños en Stratford y se convirtió, con una facilidad casi inverosímil,
en un dramaturgo de éxito en Londres. La primera
mención impresa de Shakespeare como dramaturgo aparece en
1592, cuando ya ha atravesado el ecuador de su vida.
En cuanto al resto, Shakespeare sería algo así como el equivalente
literario de un electrón: siempre presente y ausente a la
vez.

Hasta los biógrafos más cuidadosos incurren a veces en
supuestos —como, por ejemplo, que Shakespeare era católico,
que estaba felizmente casado, que le gustaba el campo o era
amante de los animales— que se convierten, un par de páginas
más adelante, en algo muy parecido a una certeza. El impulso
de pasar del subjuntivo al indicativo siempre ha sido, parafraseando
a Alastair Fowler, muy poderoso.

Otros han preferido rendirse a sus fantasías. Una respetable
y reputada académica de la década de 1930, Caroline F. E.
Spurgeon, de la Universidad de Londres, llegó a la conclusión
de que era posible determinar el aspecto de Shakespeare mediante
la atenta lectura de sus textos y anunció (en Shakespeare’s
Imagery and Whay It Tells Us) con toda seguridad que el dramaturgo
era «un hombre robusto y bien constituido, más bien
delgado tal vez, con una extraordinaria coordinación, físicamente
ágil y flexible, de vista rápida y precisa y muy dado a
usar su veloz musculatura. Deduzco que su piel era probablemente
clara y lozana, y que en su juventud variaba de tonalidad
con facilidad en función de sus sentimientos y emociones».
Por su parte, el popular historiador Ivor Brown infirió de las
menciones de abscesos y otras enfermedades eruptivas en las
obras de Shakespeare que, en algún momento a partir de 1600,
éste había sufrido «una grave infección estafilocóccica» y que
desde entonces vivió «azotado por los forúnculos».


La incertidumbre rodea a casi todas las grandes figuras de
ese período. Thomas Dekker fue uno de los dramaturgos más
célebres de aquel entonces, pero apenas sabemos de él que nació
en Londres, que era un autor prolífico y que solía endeudarse
con frecuencia. Más famoso aún era Ben Jonson y sin embargo
muchos de los principales detalles de su vida —el año y
lugar de su nacimiento, la identidad de sus padres, el número
de hijos que tuvo— permanecen ocultos o pendientes de confirmación.
Y nada se sabe con certeza de los primeros treinta años
de vida del gran arquitecto y escenógrafo Íñigo Jones salvo que,
sin duda, en alguna parte estaba.


Apenas existen manuscritos de algún dramaturgo e incluso
las obras impresas suelen brillar por su ausencia. De las
aproximadamente tres mil obras de teatro que, según se cree,
fueron puestas en escena en Londres desde que Shakespeare naciera
hasta que, en una muestra de lobreguez, los puritanos decretasen
el cierre de los teatros en 1642, hay un ochenta por
ciento del que sólo se conoce el título. No han sobrevivido más
de unas 230 piezas de la época, incluidas las 38 del propio
Shakespeare, que por sí solas constituyen un glorioso y apabullante
quince por ciento.

Es precisamente el enorme volumen de la obra shakesperiana
con que contamos lo que nos da la pauta de lo poco que
sabemos de su vida. Si sólo nos hubiesen llegado sus comedias,
pensaríamos que se trataba de un individuo frívolo. Si no conociéramos
más que los Sonetos, lo tendríamos por alguien entregado
a las más oscuras pasiones. Según seleccionemos su obra
de una manera u otra, podremos deducir que era de talante cor-
esano, cerebral, metafísico, melancólico, maquiavélico, neurótico,
banal, amable... Shakespeare era, desde luego, todas estas
cosas —como autor—, lo que no sabemos es qué clase de persona
era.

Ante tal riqueza textual y semejante pobreza contextual, los
eruditos se han ocupado obsesivamente de lo que Shakespeare
les permite saber. Han contado cada una de las palabras que
escribió, registrado cada punto y cada coma. Pueden decirnos
(y así lo han hecho) que en la obra de Shakespeare hay 139.138
comas, 26.794 puntos y 15.785 signos de interrogación. Que
hay 401 referencias a las orejas. Que la palabra estercolero
(dunghill) aparece 10 veces y zopenco (dullard), dos. Que sus
personajes mentan el amor en 2.259 ocasiones pero el odio en
sólo 183. Que usó condenado (damned) 105 veces y maldito
(bloody) 226 veces, pero empecinado o pendenciero (bloodyminded),
apenas dos. Que empleó la forma arcaica de la tercera
persona singular del presente del verbo tener (hath) 2.069 veces
y sólo 409 la forma moderna (has). Que el total de palabras
que nos dejó asciende a 884.647, organizadas y distribuidas en
31.959 parlamentos y 118.406 líneas.

Pueden decirnos, además, no sólo lo que escribió sino lo que
leyó. Geoffrey Bullough dedicó prácticamente toda su vida a
rastrear las fuentes de casi todo lo que se menciona en la obra
shakesperiana, labor que dio como fruto ocho devotos volúmenes
en los que se nos revela lo que sabía Shakespeare y, también,
cómo había llegado a saberlo. Otro erudito, Charlton Hinman,
logró identificar a cada uno de los cajistas que trabajaron en la
composición de los textos de Shakespeare. Mediante la comparación
de preferencias ortográficas —la tendencia de un determinado
cajista a preferir, por ejemplo, la grafía de go a goe,
chok’d a choakte, lantern a lanthorn, set a sett o sette, etc.—, y
la de éstas y las distintas rutinas de puntuación, uso de mayúsculas,
justificación de líneas y demás aspectos ortotipográficos,

inman y otros han llegado a la conclusión de que en el Primer
Folio han intervenido nueve manos diferentes. Se ha dicho, y no
del todo en broma, que gracias a la labor detectivesca de Hinman
sabemos más acerca de quién hizo qué en el taller londinense
de Isaac Jaggard que el propio Jaggard en persona.
De todo lo cual se deduce que Shakespeare es menos una figura
histórica que una obsesión académica. Una mirada a los
índices de muchas de las publicaciones shakesperianas de corte
erudito arroja títulos tan emperrados como «Entropía lingüística
y de la información en Otelo», «Enfermedades auditivas y
homicidio en Hamlet», «Farmacopea tóxica en los Sonetos de
Shakespeare», «Shakespeare y la nación quebequesa», «Hamlet:
¿hombre o mujer?», y otros muchos no menos imaginativos.
La cantidad de tinta que se ha gastado en Shakespeare alcanza
extremos absurdos. Si uno escribe «Shakespeare» en la
casilla de autor de la Biblioteca Británica se encuentra con
13.858 entradas (frente a las 455 de «Marlowe», por ejemplo),
y en la casilla de tema surgen otras 16.092. La Biblioteca
del Congreso de Washington D.C. contiene unas 7.000 obras
sobre Shakespeare —lo que equivaldría a veinte años de lectura
a un ritmo de una al día—, cifra que, y este libro es una esmirriada
muestra de ello, no deja de crecer. El Shakespeare
Quarterly, el más exhaustivo de los periódicos bibliográficos,
registra al año cerca de cuatro mil nuevas obras —libros, monografías
y otros estudios— consideradas serias.
En respuesta a la pregunta obvia, este libro no se escribió
tanto porque el mundo necesitara otra obra más sobre Shakespeare
como porque lo requería la serie. La idea que lo sustenta
es sencilla: se trata de determinar qué puede saberse de Shakespeare
sin recurrir a la especulación.
De ahí que sea tan delgado.

martes, 12 de abril de 2011

radiacion II

Todos estamos entrando en contacto con la radiactividad cada día. Simplemente, no somos conscientes y nos consideramos a salvo porque pensamos que nuestra exposición es pequeña. El debate sobre la energía nuclear y sus riesgos es una pequeña parte de lo que se debería conocer sobre la exposición a la radiactividad. Por mucho que se cerraran las centrales nucleares españolas, si ocurriera un accidente nuclear en Francia con sus 58 centrales nucleares, no nos libraríamos de la exposición. Desde que la nube radiactiva de Chernobil barrió Europa, las seguridades "locales" tienen poco sentido. 
Convivimos con una radiactividad natural inadvertida y con exposiciones provocadas, fundamentalmente por la actividad médica radiológica. Un innegable avance de la humanidad fue la posibilidad de utilización de las fuentes radiactivas para el mejor diagnóstico y tratamiento de enfermedades. Nadie puede negar, la gran utilidad que ha tenido la radiología simple y la tomografía axial computerizada (TAC) para diagnosticar enfermedades. Asimismo, la oncología radioterapéutica es una necesaria aliada de la terapéutica oncológica. Todo esto no obvia, para que la población y los profesionales sanitarios que indicamos este tipo de pruebas, conozcamos la exposición radiactiva que provoca y la usemos con sentido clínico de eficacia y seguridad.

































Como vemos en el gráfico, un TAC de abdomen es casi 8 veces más que la dosis natural recibida a lo largo de un año y 150 veces más que una radiografía de tórax. Parece claro que debe ser una prueba que exige el cumplimiento de unos criterios claros para su realización. Asimismo, cuando se plantean actividades de despistaje mediante TAC, puede que no se estén teniendo en cuenta los criterios de seguridad radiológica. 
Una de las fuentes naturales de exposición radiactiva a la que no se le presta la atención debida es al gas Radón. 
El radón es un gas noble, radiactivo, que procede del radio. Existen tres isótopos originados en otras tantas cadenas de desintegración radiactiva: la del uranio 238 (U238) en la que se forma radio (Ra226) que se transforma en radón 222 (Rn222); la del uranio 235 (U235) que da origen al radio 223 (Ra223) que a su vez se desintegra en radón 219 (Rn219); y la del torio (Th232) que produce radio 224 que pasa a radón 220 (Rn220). De estas tres formas químicas, las dos primeras son las de mayor extensión en la naturaleza y la primera de ellas, el Rn222, es la de verdadera trascendencia para la salud de las personas ya que se ha revelado como un factor de riesgo del cáncer broncopulmonar, suponiendo más el 80% de todo el radón ambiental y alrededor del 50% de toda la radiación que recibe el ser humano durante su vida. Leer todo el artículo aquí. 
El radón se acumula en las viviendas a partir del subsuelo sobre el que se ha construido la casa, en mayor proporción si las rocas del mismo son ricas en uranio, elemento origen del radón. El granito contiene unas 5 ppm de uranio, y si el mineral está muy envejecido, agrietado y deshecho, la probabilidad de que emita radón aumenta. La concentración medida en un domicilio tiene leves altibajos, incluso estacionales (más en invierno que en verano). La ventilación de la casa, es la medida más sencilla, aunque sólo reduce un porcentaje limitado, menor del 20%. Serían necesarias medidas como el cierre de fisuras y grietas, aberturas de aireación en sótanos o entresuelos en los que se acumula mayor cantidad de radón que difunde luego hacia los pisos superiores, para resolver el problema. En España, las zonas de exposición son muy amplias, incluida donde yo vivo: La Sierra de Guadarrama.
No se han realizado ningún tipo de campaña informativa o de legislación. No he encontrado ninguna referencia a las medidas de construcción preventivas para reducir la exposición al radón en el nuevo Código Técnico de la Edificación
Las medidas necesarias para reducir la exposición domiciliaria no son tan costosas y ayudarían a reducir el riesgo de exposición natural a un gas radiactivo.



Estaría bien empezar a hablar de estos temas aprovechando la actualidad japonesa.

lunes, 28 de marzo de 2011

radiacion


wCuando comúnmente se habla de radiación uno se refiere a la radiación ionizante.
wLa radiación ionizante se produce desde el interior de los átomos y está formada por partículas y ondas de alta energía


wAl golpear al material que irradia, se produce un proceso llamado ionización, que es la producción de iones del material irradiado. Los iones son partículas cargadas eléctricamente.
wEsta radiación ionizante afecta las moléculas químicas que forman los elementos vivos generando cambios biológicos importantes.

Particulas alfa: 
Son partículas emitidas espontáneamente desde los núcleos de elementos pesados como el Uranio. 
wDebido a su relativamente gran tamaño, al interactuar con la materia pierden energía rápidamente, por lo que su poder de penetración es bajísimo, y pueden ser detenidos por una hoja de papel, o por la primera capa de piel.
wSin embargo si estas partículas son absorbidas DENTRO del organismo humano, por respiración o tragándolas, pueden afectar las células del organismo, en forma incluso más dañina que otras radiaciones.

Particulas Beta: 
Son partículas del tamaño de electrones generadas desde el núcleo del átomo.
wPor su gran energía y bajo tamaño pueden penetrar hasta 2 centímetros de piel humana.
wPueden ser detenidas por una hoja de aluminio de un espesor de pocos milímetros

Rayos X y Gamma: 
Estos rayos son ondas como la luz que viajan sin transmitir materia. Ambos tipos de rayos son idénticos, pero los Rayos X son producidos por movimientos de los electrones, y los Rayos Gama son producidos en el núcleo del átomo. Ambos rayos tienen un gran poder de penetración pudiendo pasar a través del cuerpo humano. 
wEstos rayos pueden ser detenidos por barreras de concreto, de plomo o grandes piscinas de agua.

Neutrones:
wSon partículas muy penetrantes. Estas partículas son producidas por la fisión o partición, de átomos dentro de un reactor nuclear.
wPueden ser detenidos usando blindajes de agua y concreto

zoom

El periodo de semidesintegración, también llamado vida mitad, semivida, hemivida o simplemente periodo, es el lapso necesario para que se desintegren la mitad de los nucleos de una muestra inicial de una sustancia radioactiva. Se toma como referencia la mitad de ellos debido al carácter aleatorio de la desintegracion nuclear. El periodo de semidesintegración no debe confundirse con la vida media.

Cálculo de t1 / 2

Notación:
  • t1 / 2 es el periodo de semidesintegración.
  • N(t) es el número de núcleos de la muestra en el instante tiempo t.
  • N0 es el número inicial (cuando t = 0) de núcleos de la muestra.
  • λ es la constante de desintegración.
El instante en el que el número de núcleos se ha reducido a la mitad es t_{1/2} \,. O sea:
N(t_{1/2}) = N_0\cdot\frac{1}{2}
Sustituyendo en la fórmula de decaimientoexponencial:
N_0\cdot\frac{1}{2} = N_0 e^{-\lambda t_{1/2}} \,
e^{-\lambda t_{1/2}} = \frac{1}{2} \,
- \lambda t_{1/2} = \ln \frac{1}{2} = - \ln{2} \,
Por tanto, la relación entre el período de una sustancia ( t1 / 2 ) y su constante de desintegración ( λ ) es:
t_{1/2} = \frac{\ln 2}{\lambda} \,
De lo que resulta que la vida mitad es aproximadamente el 69,31% de la vida media.
Si queremos calcular el tiempo que tarda una sustancia en ser el 20% de la inicial haremos:
Co = Concentración inicial.
Ct = 0.2*Co
K = Constante de semidesintegración
t1/2 = Tiempo de semidesintegración
t1/2 = Ln(Co/Ct)/k
La velocidad de desintegración de un contaminante será menor cuanto menos cantidad de contaminante quede (suponemos que el contaminante sigue una cinética de primer orden).

Períodos de semidesintegración de algunos radionucleidos

Uranio 235 7,038 · 108 años Uranio 238 4,468 · 109 años Potasio 40 1,28 · 109 años
Rubidio 87 4,88 · 1010 años Calcio 41 1,03 · 105 años Carbono 14 5760 años
Radio 226 1602 años Cesio 137 30,07 años Bismuto 207 31,55 años
Estroncio 90 28,90 años Cobalto 60 5,271 años Cadmio 109 462,6 días
Yodo 131 8,02 días Radón 222 3,82 días Oxígeno 15 122 segundos


sábado, 19 de marzo de 2011

Cuadernos de los putrefactos: XII. de sirena varada

"El sentimiento debe ser sólo el servidor de la evidencia, y abandonado a sí mismo, puede ser igualmente el servidor de la locura" Henri Barbusse

sentimiento.
1. m. Acción y efecto de sentir o sentirse.
2. m. Estado afectivo del ánimo producido por causas que lo impresionan vivamente.
3. m. Estado del ánimo afligido por un suceso triste o doloroso.

sentir.
(Del lat. sentīre).
1. tr. Experimentar sensaciones producidas por causas externas o internas.
2. tr. Oír o percibir con el sentido del oído. Siento pasos.
3. tr. Experimentar una impresión, placer o dolor corporal. Sentir fresco, sed.
4. tr. Experimentar una impresión, placer o dolor espiritual. Sentir alegría, miedo.
5. tr. Lamentar, tener por doloroso y malo algo. Sentir la muerte de un amigo.
6. tr. Juzgar, opinar, formar parecer o dictamen. Digo lo que siento.
7. tr. En la recitación, acomodar las acciones exteriores a las expresiones o palabras, o darles el sentido que les corresponde. Sentir bien el verso.
8. tr. Presentir, barruntar lo que ha de sobrevenir. Se usa especialmente hablando de los animales que presienten la mudanza del tiempo y la anuncian con algunas acciones.
9. prnl. Dicho de una persona: Formar queja de algo.
10. prnl. Padecer un dolor o principio de un daño en parte determinada del cuerpo. Sentirse de la mano, de la cabeza.
11. prnl. Hallarse o estar de determinada manera. Sentirse enfermo.
12. prnl. Considerarse, reconocerse. Sentirse muy obligado.
13. prnl. Dicho de una cosa: Empezar a abrirse o rajarse. Sentirse la pared, el vidrio, la campana.
14. prnl. Dicho de una cosa: Empezar a corromperse o pudrirse.


experimentar.
1. tr. Probar y examinar prácticamente la virtud y propiedades de algo.
2. tr. Notar, echar de ver en uno mismo una cosa, una impresión, un sentimiento, etc.
3. tr. Dicho de una cosa: Recibir una modificación, cambio o mudanza.
4. intr. En las ciencias fisicoquímicas y naturales, hacer operaciones destinadas a descubrir, comprobar o demostrar determinados fenómenos o principios científicos.



Curiosa derivacion la que se nos presenta si nos paramos a analizar conceptos. El sentimiento, complemento circunstancial, presupone una entidad ajena a la volición que aparecer resultado de algun hecho vivencial o proceso. Sin embargo, si pormenorizamos y estudiamos mas en detalle el acto de sentir, la parte de la voluntad va ganando terreno, ya que se distinguen dos grandes vias:

1) la via de los sentidos: donde la estimulacion involutaria lleva a una respuesta
2) la via cognitiva: donde se busca la adeacuacion de la respuesta a un estimulo. Notese como prevalece el termino experimentar. Asi mismo, pormenorizando en el termino experimentar, desaparece ese precepto involuntario para catalogar la experimentacion como el acto volitivo de examinar y o de "echar de ver en uno mismo" es decir, catalogar con detalles, una impresion, cosa o sentimiento sobrevenido.

Llama la atención la idea prevaleciente de lo involuntario, la conceptualizacion de que los sentimientos germinan allende de la voluntad propia, cuando sin embargo, parece que los procesos no son tan ajenos al propio ser. En otras palabras, el proceso parece algo como: "noto algo, analizo que es lo que noto para saber como me encuentro", dicho de otra manera, el sentimiento sentido ha de llevar a un sentir experimentado, y a traves de la experimentacion objetivar finalmente donde/como me encuentro. Interrupciones en este circuito, quedarse solo en el sentir si en ejercicio de categorizacion posterior suponen un impass del ser humano en un superficial... siento algo.

Hagamos un simil simple:
Sea un péndulo está en posición de equilibrio estable, y le proporcionamos una energía E.
El péndulo adquiere una velocidad inicial w0. A medida que se desplaza segun un ángulo q  la energía cinética de rotación se convierte en energía potencial, hasta que alcanza una desviación máxima q0 cuando w =0. En ese punto maximo, ocurre el proceso inverso, la energía potencial se convierte en energía cinética de rotación, hasta que al pasar de nuevo por la posición de equilibrio q =0, toda la energía potencial se ha convertido en cinética, la velocidad angular del péndulo será -w0. A continuación, el péndulo alcanza de nuevo la desviación máxima -q0, y finalmente, regresa a la posición de equilibrio estable completándose la oscilación.
pendulo1.gif (2039 bytes) El principio de conservación de la energía establece que la suma de la energía cinética de rotación del péndulo más potencial es constante. La energía potencial del centro de masa del sólido rígido tal como vemos en la figura mgh=mgb(1-cosq ).
b es la distancia entre el centro de masa (c.m.) y el eje de rotación O del sólido rígido

Cuando el péndulo alcanza la máxima desviación w=0, y E=mgb(1-cosq0)


Despejando el tiempo dt en la ecuación diferencial

Sustituyendo

resulta

Integramos

Cuando el péndulo alcanza la desviación máxima q =q0 o bien, cuando j =p /2, ha empleado un cuarto del periodo P de la oscilación completa.
El periodo P de una oscilación lo podemos escribir

donde P0 es el periodo de las oscilaciones de pequeña amplitud.
El cálculo se basa en el procedimiento de Carlson para hallar la integral elíptica de primera especie denominada RF(x, y, z)



Asi, si el pendulo no hiciera una correcta gestion de lo apercibido (evidentemente que un pendulo no siente, pero si padece la energia que se le imprime en el momento T=0), este no volveria a su estado de equilibrio. Bien, pues igualmente creo que el ser humano no debiera en cuestiones de sentimientos, quedarse varado en la superficie del "siento algo", pero se hace necesaria una correcta ubicacion de los elementos para que quedarse en "siento algo" pero, en objetivar que es lo sentido... para volver a alcanzar la situacion de equilibrio.

Lo que torpemente intento explicar lo resume perfectamente:


"Siente el pensamiento, piensa el sentimiento"


viernes, 18 de marzo de 2011

de mitades a gritos

Siempre me fascinó como la gente se puede acomodar en medias verdades. Se acomodan tanto que terminan creyendose a si mismos, que siempre fueron así, o que tienen tanta razon que es inconcebible llevarles la contraria. 


No hare referencias a entradas anteriores para que no me acusen de onanista, ni tan siquiera creo que merece la pena recordar, que todo es susceptible y deseable de ser cuestionado desde la perspectiva contraria, para refutar o validar la idea, ya decia: lo que es y lo que no puede ser (ref: lo que realmente es). 


Esas actuaciones a medias, dan un regusto amargo. Actos sin demasiado sentido, que algunos vestiran de genialidad, otros de irreverencia con atisbo de rebeldia. Eso si muchas etiquetas, hacia la indefensión, el epiteto peyorativo, y pretendiendo ser lo mas peor del mundo cuando menos un enfermo... A mi, me parece una soberana memez irreflexiva de alguien que se distrae por el camino con las mierdas que encuentra a su paso, para no tener que mirarse en el espejo (y no me refiero en sentido literal). 


Es recurso banalizado, el refugiarse en lugares futiles construidos con verdades a medias, frases a medias, la callada por respuesta, la omision por precaucion, no vayase a molestar Don tal... Lamentable. Si al don le molesta, que se rasque, la educación es un estupendo vehículo para no tener que callarse nada y a poco que se tenga un poquito de léxico, se puede ser un autentico bucanero con la elegance de los ilustrados... Claro que hay mucha gentuza, que prefieren argollarse y decir que los demás no los entienden a intentar aprender algo de ese savoir faire. (como pretenden que se les entienda si solo hablan de mitades a gritos? y la otra mitad qué! eh?). 


Honestamente creo que tiene que ser un autentico dolor, tener que ir siempre midiendo las palabras, cuando no se tiene el savoir faire, para no resultar hiriente o molesto, ante quien a penas se conoce. Lo peor, es que como todo lo que es gratis se banaliza, en vez de respetarlo, IDIOTAS. 


Entramos por las puertas de lo gratis, como si lo mereciéramos, (incluso cuando no es gratis pero el pago es diferido), la mala fé de mas de uno, que viene a exprimir... la sensación punitiva del pago, evita la blasfemia de lo publico. Y cada vez es mas necesario, no por carestía económica, si no por falta de modales y consumo responsable. 


Me niego a la conveniencia, al avestruz por inicio, me niego a la condescendencia, y que miren por mi confort, prefiero que me digan las cosas como vienen, como parece que son ya me buscaré yo mi lugar y mi forma de asentarlo... tanta mesura que se contraresta con aspectos de yonky, tanta vestimenta de "radical" para quienes viven con el miedo constante pegado al culo, por todo lo que les rodea. Prefiero mi libertad, mis pelos de loco, y la no condescendencia, la no autocontencion tan absurda a veces... Y es que dudo que quien vive con miedo y por lo tanto lleno de mesura que intenta vestir con atuendos y actitudes pretendidas, pueda amar honestamente... 


Someone sells us Toys in a cheap cartoon
someone sells us Cars in the latest Bond
that’s coming soon
someone sells us Trends through a sitcom star
someone sells Herself in a docu-soap
that goes too far
Life on sale
can someone please just tell me what happened?
I mean, first we pay for fastfood that will make us all fat and tired
so then we pay for elevators
so we won’t have to climb the three stairs up to our aparents
then we buy freakin’ StairMaster machines
so we can burn away while watching someone make real food on TV
now, if that doesn’t make us winners I don’t know what will
I bet we would hang ourselves, if the world would just cut us the slack
and now you think maybe you should see a shrink
help you feel alive again - yeah, that’s a plan
just tell us who to pay
someone sells us Man in a White House speech
then Woman tightly pressed
between two bouncing breasts on a Baywatch beach
someone sells us Us everywhere I turn
then introducing Them
to earn stock points on our concern
all for sale
it’s all for sale...
welcome down to planet Earth
please don’t ask us what it’s worth
you will notice that the world you found
is slightly tattered and worn down
someone sold us every stain
now if you wish to complain
there’s an open spot at 6 pm
that’s when Caucasia is listening
if you’re tearing down my world
please just try to do it gently...
there is love inside
for a dream that has to die
see, it’s really all about time and choice:
the fastfood saves us enough time to squeeze lunch in exactly when we want it
the elevators save us just a little more
and the StairMaster lets us choose exactly when to walk the stairs
time is so important these days
it’s becoming a fucking disease
and I guess in a way it is
since it is bound to kill us all in the end
now with all the time and money we stash away on others’ expense
I can only assume that the tickets to hell are really expensive
and for some reason
it’s important to be first in line
someone sells us God in 2-for-1 with Shame
someone sells us War
and the marketing looks just the same
someone sells us Fear on TV each day
a shape for every taste
if the flavor’s right we gladly pay
all on sale
we’re all on sale...
welcome to the only Earth
please enjoy your only birth
you will learn to take more than you give
buying scars we must live with
someone sold us every scar
they somehow made us what we are
we all want that spot at 6 pm
but no one is really listening
no
not anymore
we’re all too busy
buying Sex
buying War
oh
buying Self Confidence
Security
Insurance Plans
just buying More & More
as you’re tearing down my world
please just try to do it gently...
(there’s still love inside for the dream that had to die)
as you’re tearing down our world..




jueves, 10 de marzo de 2011

Addendum

Y en ese mundo, de sonrisas de postín, e insatisfechos del glamour...

1. Brody H, Light DW. The inverse benefit law: how drug marketing undermines patient safety and public health. Am J Public Health 2011;101:399-404. ID 90066

Recientes retiradas de medicamentos del mercado que han recibido amplia atención mediática a causa de efectos indeseados plantean la cuestión de si estos acontecimientos son fallos aleatorios o bien parte de un patrón recurrente.

La ley de los beneficios inversos, inspirada en la ley de cuidados inversos de Hart, afirma que la relación entre los efectos beneficiosos y los daños para los pacientes que toman estos fármacos tiende a ser inversamente proporcional a la intensidad de sus correspondientes campañas de comercialización.

La ley se manifiesta a través de 6 estrategias básicas de marketing:
-reducir los dinteles para diagnosticar la enfermedad,
-basar la eficacia en variables subrogadas,
-exagerar la seguridad,
-exagerar la eficacia,
-crear nuevas enfermedades y
-promover el uso en indicaciones no autorizadas.

La ley de los beneficios inversos subraya la necesidad de la investigación comparativa de la efectividad y otras reformas con el fin de mejorar la prescripción basada en pruebas.



...insisto en la pertinencia de poner en duda a esos grandes popes de la medicina, que se piensan sólidos en sus conocimientos, porque evitan poner en duda sus posturas (claro cuesta mucho cuestionarse), y yo sin embargo un putrefacto(?)

miércoles, 9 de marzo de 2011

Cuaderno de los putrefactos: XI. is est mihi



es imprescindible para entender el texto, darle al video previamente.

Siempre pensé, que los congresos y los eventos fuera de la consulta eran un agora excelente para abrir la mente, ver otras formas de hacer, otras formas de pensar. De la misma forma, sigo pensando que es nuestro deber, colaborar, y sin reparos publicar nuestra forma de hacer, de pensar, nuestro enfoque a la ahora de hacer medicina.

Con tal objetivo, me dispuse a publicar el trabajo "·me duele la garganta desde que sali de Senegal", donde cuento los avantares, sospechas diagnosticas y conclusiones, sobre una odinofagia de meses de evolucion rebelde a tratamiento en paciente mujer, con el único antecedente destacable de ser fumadora. 

Inicialmente mal diagnosticada de faringitis aguda, frente a su queja inespecifica de odinofagia, y a la palpacion un ganglio del tamaño de un guisante, nos hizo sospechar su regreso a consulta refiriendo la misma queja y misma sintomatologia: odinofagia. Atendiendo a su origen y que era una paciente desconocida, empezamos a sospechar que la patologia fuera algo "menos frecuente", es por eso que le hicimos una analitica completa, asi mismo una serologia infecciosa, y la prueba de la tuberculina (atendiendo al origen del Senegal de nuestra paciente). Si bien la analitica, resulto normal, la prueba de la tuberculina fue indeterminada, tanto que se la repetimos. La sorpresa fue mayuscula, POSITIVO. Por lo tanto el panorama cambiaba radicalmente, y sesudos empezamos a establecer toda una serie de diagnosticos diferenciales. Una adenopatia submandibular, en paciente del Senegal, sin un cortejo sintomatico determinado, todo ciertamente vago... Entonces elaboramos nuestra lista:

a. Preauriculares: frecuentes en conjuntivitis (sobre todo, por adenovirus)
e infecciones de piel del área frontotemporal. En ocasiones
pueden corresponder a infecciones por micobacterias atípicas
y, más raramente, a linfomas.

b. Submaxilares: infecciones de la cavidad bucal, estando implicados
con frecuencia gérmenes anaerobios, labios y epitelio facial (p. ej.,
en el acné).

c. Cervicales: anterosuperiores, son las más frecuentemente afectadas
a nivel global.
• La causa más frecuente son infecciones víricas de vías respiratorias
superiores. Suelen ser móviles, «rodaderas», bilaterales, de
consistencia elástica, poco dolorosas (excepto en los casos de
mononucleosis por VEB) y sin signos inflamatorios locales.
• En segundo lugar hay que pensar en el estreptococo beta-hemolítico
del grupo A, estafilococo, neumococo y gérmenes anaerobios
bucales. Suelen ser unilaterales, muy dolorosas y con signos
inflamatorios locales, por lo que dan sensación de empastamiento
y de menor movilidad, pudiendo presentar fluctuación al
tacto si se abscesifican.
Micobacterias: pueden ser TBC o atípicas.
• Se pueden afectar en diversos procesos inflamatorios/infecciosos
que afectan a la lengua, oído externo y glándula parótida.
• Cuando los linfomas debutan como masa cervical, suelen hacerlo
en esta localización.

d. Cervicales anteroinferiores: localización usual de patología tiroidea
(tiroiditis, carcinoma) y de linfomas (tanto Hodgkin como no
Hodgkin).

e. Cervicales posteriores: suelen tener origen infeccioso:
• Viral: Ebstein-Barr (VEB), citomegalovirus (CMV), adenovirus,
parotiditis, etc.
• Toxoplasma.
Micobacterias: pueden ser TBC o atípicas. Es el lugar de predilección
de las micobacterias atípicas, cursando éstas de una manera
subaguda o crónica. Suelen ser adenopatías voluminosas, de
tamaño progresivo, de coloración violácea característica, consistencia
leñosa y con adherencias a piel y planos profundos. Tienen
gran tendencia a fistulizar de forma recidivante. La PPD suele
ser negativa. Es importante tener en cuenta el antecedente epidemiológico
del contacto con animales de granja.
• Enfermedad por arañazo de gato: diagnóstico de exclusión, que
debe recoger el antecedente de contacto con gatos (o perros),
sobre todo cachorros. Este contacto pudo ocurrir semanas antes,
sin presentar arañazos residuales visibles (30% de las ocasiones).
Se atribuye a dos 2 gérmenes Gram (-): Bartonella quintana y
Bartonella henselae, que pueden ser detectados serológicamente.
Puede ser única (50%) o múltiple. Tienen curso subagudo o
crónico, más que agudo. Habitualmente, remiten espontáneamente
en varias semanas. En ocasiones pueden dar lugar a síndromes
febriles prolongados, o afectación hepato-esplénica (granulomas
múltiples). Se puede intentar tratamiento con azitromicina, 10
mg/kg/día (3 días), aunque la evolución en la mayoría de los casos
es independiente del tratamiento antibiótico.
• Con cierta frecuencia asientan adenopatías de naturaleza neoplásica
(linfomas, leucemias, etc.).

f. Supraclaviculares: deben ser consideradas siempre sospechosas de
malignidad, ya que, según algunos estudios, hasta en un 50% de
ellas se ha encontrado un origen tumoral, principalmente linfomas
(de origen mediastínico en el lado derecho, y mediastínico o abdominal
en el izquierdo). También se pueden afectar en lesiones pulmonares
micóticas o por micobacterias, así como en la enfermedad
por arañazo de gato. Las adenopatías mediastínicas secundarias a
patología broncopulmonar aguda no suelen ser visibles radiológicamente,
por lo que cuando lo son hay que sospechar patología crónica:
TBC, leucemias, linfomas, FQP, aspergilosis, sarcoidosis, etc.
g. Occipitales y retroauriculares: con frecuencia se trata de patología
intrascendente del cuero cabelludo (picaduras, pediculosis, tiñas,
dermatitis seborreica, rubéola, lesiones impetiginizadas).


(si la lista es extensa, pero es el precio cuando se juntan dos obsesivos en la consulta). La paciente fue derivada a medicina interna con la sospecha diagnostica de tuberculosis extraganglionar. Y efectivamente la PAAF posterior asi lo confirmo. No negare que el proceso fue tedioso, los disgustos varios, y el cabreo soberano mientra dabamos con la clave, algo se nos estaba pasando... fue determinante las caracteristicas de la paciente, asi como la clinica eminentemente subaguda del proceso.

El proceso hubiera sido menos tedioso, si en nuestra lista de diagnosticos diferenciales, diarios, tuviesemos la patologia tuberculosa extrapulmonar mas presente, sin duda uno no puede ser una enciclopedia, pero debe de tener como obligacion saber donde recurrir para obtener la informacion. Con el fin de que otros compañeros no sufrieran el mismo tedio... me propuse, exponer el caso en el congreso (ya saben la idea del agora, compartir conocimientos...). EL TRABAJO HA SIDO RECHAZADO! 

Siendo honesto el mismo trabajo fue rechazado al congreso de Santiago de Compostela argumentando que esa patologia era de interes local, pero no nacional (será que no tienen inmigrantes en Santiago), y ahora ha sido rechazado en el congreso de Madrid (que tampoco tienen inmigrantes) o manejan la patologua tuberculosa diariamente. Ahi van unos cuantos datos de la enfermedad en ciernes, y su evolución: 


Por si no se distingue yo lo explico:
· se observa como hay una tendencia exponencialmente creciente en paises africanos y del tercer mundo, llama la atencion como en el mismo intervalo, la tendencia de infeccion es CRECIENTE igualmente (si bien con menos ponderacion) en paises dichos... desarollados. 


Segun la OMS, en Asia, Africa y parte de America Latina entre el 40-80% de los niños y adolescentes estan infectados, 29.9% se presentan de manera extrapulmonar. No hablare sobre la comorbilidad de la tuberculosis y VIH, donde la evolucion es tan al alza que saldria del grafico. Asi que el putrefacto soy yo. Me uno a los olvidados, esos pacientes que nadie les diagnostica su tuberculosis, ni sus tuberculosis ganglionar me uno a los que nadie interesa darles una simple terapia antibiotica. Me uno a los apartados, a esos que se gira la cabeza, como si no existieran porque solo pueden ir descalzos, y no pueden pagar los 3€ diarios de su terapia antibiotica. 

Si, soy un putrefacto, soy uno de esos medico que creo que en mi obligacion esta conocer la ultima patologia, como la patologia mas clasica, o ancestral, al fin y al cabo patologias de la comunidad y si no las domino, saber donde buscarlas. No necesito glamour, ni creo que la medicina se ejerza desde la pulcritud de batas blancas, ni el glamour de los buenos olores. No creo que tenga menos glamour oler sobacos, meter dedos en culos, o que me tosan en la cara de manera fortuita, eso es la vida! eso es el arte de la medicina!Para las tetas de bulto ya esta la cadena amiga, y para las sonrisas falsas ya hay mucho fantasma, inventor del TBO.Después de las cifras expuestas, vuelven ustedes la cara... perfecto! dejenme a mi con los olvidados, mientras los congresistas se llenen la panza, hablando de nimiedade (habra alguno con una conversacion mejor no lo dudo) yo tendre la tranquilidad que en mis diagnosticos diferenciales he aprendido a meter la tuberculosis extrapulmonar, y es que el escultor que no usa cincel adecuado, no talla fino asi mismo el medico que no amplia sus diagnosticos diferenciales, no diagnosticara con pericia.


Mi tutor, que me enseña hasta en los momentos mas inesperados, me repite:
Da spatium tenumque moran, male cuncta ministrat impetus. (somos muy leidos en la UAF 2)




Llamadme putrefacto.