viernes, 22 de marzo de 2013

La vergüenza o la nausea (j'accuse)

"Ya he callado bastante, y he meditado mis opciones.
Mis decisiones han podido despistar a más de uno, 

pero no he dejado nadie en el camino"

Con la conciencia repuesta, y la necesidad de un cambio evidente en el blog. Vuelvo a encontrarme ante la imperiosa necesidad, aunque quede en ejercicio personal, dejar escrito los pensamientos que atiborran mi seso vapuleado por marejadas circunstancias.

No me extenderé sobre el hartazgo, que si creo merece especial mención, que supone, la baja catadura moral de los dirigentes. Que a grandes trazos representan sin medida el despotismo ilustrado, aprovechando el hueco que deja la falta de reactividad, y el silencio cómplice de un pueblo sometido. E insisto, para no extenderme sobre la manida corruptela que va de la mano de la realidad más actual, solo recordaré lo bien que vendrían el auspicio nacional de empresas públicas para aliviar los desagües del paro. Recordaré que en este asqueroso sistema, los dirigentes políticos  privatizan empresas con precios irrisorios a destinatarios cercanos al partido que gobierna, para a su vez, ofrecer nicho y muerte en un puesto de dirección, a los políticos retirados, en esas empresas que otrora fueron públicas y legitimas.

Esos mismos políticos, con su preponderante desconocimiento, crean un entrado laboral que vez más voraz. Tanto es que obligan a miles de jóvenes formados, preparados y capaces a emigrar. Obligan a los trabajadores añosos a aguantar situaciones laborales desesperadas, con tal de no perder un puesto de trabajo y poder llevar un pan a casa. Obligan y permiten el abuso bancario, el abuso patronal, la debacle de los derechos sociales. Y obligan a mi hermano a emigrar, una vez formado, Licenciado, y habiendo mostrado su valía.

Y desde aquí denuncio: denuncio la incompetencia gubernamental que genera el enchufismo, la endogamia de la estulticia (un idiota atrae a otro idiota, y si alguno de ellos tiene un puesto de relevancia, ya serán dos idiotas en puestos de relevancia. Si, un político inepto es igual que un elefante balanceándose en una tela de araña, siempre incita a otro semejante a hacer lo mismo).

Denuncio, que se denigre la preparación y la formación en pro de un colegueo nefasto, donde la redundancia de la estupidez lleva a no poder tomar otro camino que el de la baja catadura moral y la corrupción.

Denuncio, que muchos ciudadanos de a pie, en paro, tienen más preparación que ostentosos de puestos de relevancia.

Denuncio, que el servicio al ciudadano se ha confundido con la opresión al ciudadano.

Y si no me creen en cuanto a esta maltrecha politica que nos abomina, sólo tienen que escuchar a Ana Botella hablando inglés.