Lo mejor creo, en estos tiempos de revolución general y de cibernetismo exacerbado, es cuando un grupo de hábiles en esto de la comunicación se reúnen para intercambiar ideas, sin mediación de pantalla. Como acto de solidaridad, permiten al publico, asistir a sus exposiciones, debates e intercambios de impresión.
Como acto de suprema solidaridad, permiten a su vez que los contenidos se divulguen por la red en forma de archivo de sonido o video, para que los mortales podamos acceder a esos encuentros que invitan a la inspiración (lastima es cuando una empresa farmacéutica sesga el libre acceso a una información que, al generarse en un congreso, debíera de ser libre, gratuita y de fácil acceso y no mediante un cambio rufián de credenciales de quién quiere escuchar).
Actualmente para emitir no hace falta demasiado: un ordenador de mínimos requerimientos y un simple cable de audio. Y con esto, la señal puede emitirse para toda la galaxia.
Me pregunto, ¿Por que no se comparten contenidos de congresos? ¿Por que no se acuden a estas tecnologías de coste cercano al cero? Creo que lo bueno de la información, es que esta se puede compartir, y que del conocimiento de unos pocos, se pueden beneficiar unos muchos. Hay que desterrar el absurdo oscurantismo y la reserva del conocimiento.
Compartir debiera de ser el leitmotiv de este siglo de crisis y penurias.
Es una lastima que estas fechas de avances, sigamos pensando que los congresos, jornadas y charlas son de puertas par adentro.
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