Para escapar de la rutina, Sixto Rodriguez o Sugar-man, cogia su guitarra para cantarle a la vida, y a sus emociones.
Eran los llamados blue collar workers, ampliamente retratados en el rock sureño americano: eran trabajadores de sol a sol, y en durisimas condiciones de trabajo, hasta la extenuación. La válvula de escapes de muchos: el blues, el whisky y los locales llenos de humo, con prostitutas de poca monta, músicos ignorados (que luego terminaron siendo grandes estrellas). La alienación del obrero en las cadenas de montaje de la cual ya Karl Marx hablaría tiempo atrás, expandida a la desazón que provocan grandes ciudades industrializadas.
Sixto Rodriguez, sabe lo que es trabajar de sol a sol, pero es de esos espíritus inquebrantables que le cantan a la vida, tocando el alma, tanto que su música fue la banda sonora para la lucha contra el Apartheid Africano, y aun torpedeado por las discográficas, el éxito repercutió en Rodriguez, sigue siendo un grande.
He aprendido:
· la musica puede cambiar conciencias, al menos dar esperanzas.
· que la musica exige compromiso no es una relación de amor odio.
· hace falta salirse del mainstreaming, abrir la mente a la cultura, al arte fuera de canales convencionales.
· hacen falta mas sentimientos y menos concreciones
· lo podrida de la industria musical
· para hacer musica solo necesitas un lugar y un instrumento